viernes, 21 de noviembre de 2008

LA GUERRILLERA EN PARIS



La guerrillera camina sobre el asfalto lejano de la capital de Francia, sin saber que como decía el tango "el viejo París se alimenta con el breve fin brutal de la magnolia entre la nieve..."

Somos compañeros hace más de 28 años, y eso que dejamos de vernos y sabernos cerca de 24. Así es la vida de loca. Sin embargo hoy, hace casi 4 años nos hemos vuelto unos inseparables cómplices y amigos. Yo admiro su fortaleza, su valentía, su tristeza. Admiro el haber sobrevivido a un París frío, indiferente, distante. la guerrillera nada pide, sólo que esté de vez en cuando cerca a pesar de las millas que no separan, a pesar del horario, a pesar de lo diferentes de nuestras vidas.

Puedo decir que es mi mejor amiga, título que le doy a pesar de no ser yo su mejor amigo, aveces hasta soy un poco su enemigo. Sin embargo, guerrillera, quiero que sepas que siempre estás conmigo, a pesar que mis palabras puedan ser malinterpretadas por aquellos que no conciben que una amistad pueda rebasar los límites del cariño hasta volverse hermandad, amor de un padre hacia una hija o de una madre hácia un hijo, en tu caso. ¿Qué raro no?, solo nosotros lo entenderemos y así será hasta el fin de nuestros días.

Hay vínculos que no se pueden romper, como el de la tristeza, en eso estamos parches guerrillera, nuestra tristeza, nuestra melancolía, nuestro miedo al futuro, todo eso nos hermana. A pesar que tus penas estén adelantadas como 5 horas.

Por eso te pido guerrillera que mientras recorras el París lejano con sus calles que quizá nunca pisaré, sientas que aquí en Tacna, tan lejos y tan cerca, hay un guerrillero que te recuerda y que sin poder esconderlo, te extraña a su manera.

Te lo digo con el corazón en la mano, a mi manera. Y no digo más.