lunes, 1 de diciembre de 2008

"SECRETARIA" POR UN DIA


He sido estudiante, he sido arquero de fútbol, he boxeado un poquito, he sido arqueólogo junto a dos amigos del barrio con quienes desenterrábamos cráneos en un antiguo cementerio de poca importancia, he sido peón en una empresa embotelladora de gaseosas, he sido obrero en una empresa de electricidad, he sido estudiante nuevamente, he sido caricaturista, he sido fotógrafo, he trabajado en prensa, he hecho tatuajes, trabajo como empleado del estado, soy también diseñador gráfico y publicista, creo haberme desempeñado en un poquito de todo, pero lo de este lunes si no lo lo pude tolerar, este lunes, fui (sin mariconadas) una barbona secretaria.
Como les conté trabajo en una entidad del estado de cuyo nombre no quiero acordarme y justamente este lunes, para mi infelicidad, faltó la diligente y simpática secretaria de gerencia. Eso nos afecta a todos ya que ella con su experiencia resuelve casi todos los problemas burocráticos con facilidad. Lamentablemente, justo cuando me acercaba a su oficina, llegando recién a trabajar, salió mi jefe y sin darme tiempo a reacción alguna, me dijo: Mauricio, Jessica no va a venir, así que te quedas tú en su puesto.
No puedo describir la sensación mortal que me embargó. Me ví a mi mismo por un instante con mi cuerpo de toro enfundado en una minifalda, con tacones y cola. No puede ser, no hay derecho me dije. Esto es un abuso.
¡Si me hubieran visto en esos trotes!, contestando un teléfono que no paraba de sonar hasta que lo desconecté de puro macho, buscando oficios que ni sabían que existían y en donde estaban, poniendo sellos equivocados, malogrando documentos importantes, mandando a la porra a un funcionario de la oficina central de Lima sin querer queriendo, todo esto mientras soportaba las burlas de mis compañeros de trabajo ( la mayoría indefinidos sexuales), quienes por joder me decían Jessiquita. Eso fue el caos.
Por suerte todo lo malo tiene su final. Y el día acabó. Al llegar a mi casa, luego de acostar a Santino, mi hijo, e inspeccionar que Facundo, mi otro hijo, estuviera bien tapado, besé a mi mujer con todas mis fuerzas, la levanté en peso y la conduje al lecho matrimonial que compartimos y luego... no puedo narrar los demás, pero ya se imaginan. Lo hice para demostrame a mi mismo lo macho que soy y convencerme que todo lo malo del día había sido solo un amarga experiencia. Sin embargo después de todo, y ya recuperándome con un buen duchazo, todavía volvía esa horrible visión de mi cuerpo de toro enfundado en una minifalda, con tacones y cola y el terrible recuerdo de los maricas compañeros de trabajo míos llamándome Jessiquita. !La que los parió¡

viernes, 21 de noviembre de 2008

LA GUERRILLERA EN PARIS



La guerrillera camina sobre el asfalto lejano de la capital de Francia, sin saber que como decía el tango "el viejo París se alimenta con el breve fin brutal de la magnolia entre la nieve..."

Somos compañeros hace más de 28 años, y eso que dejamos de vernos y sabernos cerca de 24. Así es la vida de loca. Sin embargo hoy, hace casi 4 años nos hemos vuelto unos inseparables cómplices y amigos. Yo admiro su fortaleza, su valentía, su tristeza. Admiro el haber sobrevivido a un París frío, indiferente, distante. la guerrillera nada pide, sólo que esté de vez en cuando cerca a pesar de las millas que no separan, a pesar del horario, a pesar de lo diferentes de nuestras vidas.

Puedo decir que es mi mejor amiga, título que le doy a pesar de no ser yo su mejor amigo, aveces hasta soy un poco su enemigo. Sin embargo, guerrillera, quiero que sepas que siempre estás conmigo, a pesar que mis palabras puedan ser malinterpretadas por aquellos que no conciben que una amistad pueda rebasar los límites del cariño hasta volverse hermandad, amor de un padre hacia una hija o de una madre hácia un hijo, en tu caso. ¿Qué raro no?, solo nosotros lo entenderemos y así será hasta el fin de nuestros días.

Hay vínculos que no se pueden romper, como el de la tristeza, en eso estamos parches guerrillera, nuestra tristeza, nuestra melancolía, nuestro miedo al futuro, todo eso nos hermana. A pesar que tus penas estén adelantadas como 5 horas.

Por eso te pido guerrillera que mientras recorras el París lejano con sus calles que quizá nunca pisaré, sientas que aquí en Tacna, tan lejos y tan cerca, hay un guerrillero que te recuerda y que sin poder esconderlo, te extraña a su manera.

Te lo digo con el corazón en la mano, a mi manera. Y no digo más.
















martes, 18 de noviembre de 2008

¿BANCO DE LA NACION O DE LA PRISION?


Hoy fue un día tranquilo, hasta la una de la tarde. A esa hora me dirigí al Banco de la Nación del paseo cívico a enviar un giro para mi hija Fernanda. De entrada se me bajaron todos los calores de esta primavera que traía conmigo. No se si han escuchado aquel consejo que dice que nunca se debe abrir el refrigerador con el cuerpo caliente, seguramente sí, pero es un hecho que los ingeniosos ingenieros del Banco de la Nación no, pues al pasar por la puerta principal me cayó una ráfaga asesina de viento glaciar proveniente de estos sofisticados aparatos de aire acondicionado que me dejó el cuerpo deshecho, con unas tos convulsiva que promete convertirse en asma y con la espalda más helada que sangre de asesino.

No me había recuperado totalmente de la tortura patagónica con que fui recibido, cuando vi que había una cola inmensa para acceder a las ventanillas. Y me convencí una vez más de lo pelotudo que soy. Sólo a mí se me ocurre venir a esta hora, en que toda la gente piensa que hay menos gente y por eso viene a esta hora. La cola era tan larga que por un momento me sentí un cubano de la Habana, esperando la ración semanal de alimentos.

De las más de diez ventanillas que tiene la moderna agencia sólo funcionaban cuatro, atendidas muy gentilmente por agraciadas señoritas que cuchicheaban entre ellas, desaparecían por los pasillos, se miraban las horquillas del cabello, cuidaban su manicure francés, tarareaban baladas románticas y, luego, atendían al público.

Tomé la hora desde que me puse en la cola hasta que me atendieron en mi moderno reloj Casio comprado en la cachina a veinte mangos, y oh sorpresa, había perdido una hora y media de mi vida mirando las caspas en el lomo de mi antecesor, espiando casi como un paparazzi las curvas satánicas de más de una cliente ricotona, escuchando la conversación de una señora que por celular, que está prohibido, daba instrucciones sobre como preparar el escabeche de pollo, tratando de descifrar el movimiento de las cámaras de seguridad, haciéndole ojitos a una muchachita con pinta de reggetonera empedernida, contando los billetes que le entregaban en la ventanilla número tres a un conocido fiscal con fama de coimero, tratando de encajar mis cuentas mensuales sin conseguirlo, jalándome las barbas de desesperación y mordisqueando la bronca de ser un mortal más y tener que perder tanto tiempo en un banco que no funciona ni a la mitad de su capacidad. Todo esto mientras que en unos modernos televisores LCD, el Zambo Cavero cantaba por veinteaba vez el valse: "Banco de la Nación, el banco de los peruanos". Juro que si alguna vez veo al Zambo, a pesar del gran cariño que le tengo, le hago una zancadilla por huevas tristes y mentiroso.

Yo sólo fui a mandar un giro, y por eso me quedé sin almuerzo, reventé de rabia y terminé con una tos de perro que seguramente necesitará medicamentos. Que pelotudo.


miércoles, 12 de noviembre de 2008

TANGO: LA VERGUENZA DE HABER SIDO Y EL DOLOR DE YA NO SER...


Me gusta el tango tanto como la vida. Me gusta el tango tanto como una tarde con los amigos. Creo que el tango más que una simple corriente musical (si es válida la denominación) es un estilo de vida. Es una forma de pararse. Es una forma de fumar. Es una forma de putear la mala suerte. Es una forma de mirar a una mujer por la calle.

Es diferente caminar por caminar que caminar en ritmo de tango. Es diferente decir te quiero que decir te quiero en ritmo de tango. Es diferente hacerse el macho que hacerse el macho en ritmo de tango.

El tango te permite mirar a la vida con desdén, mirarla por encima del hombro, como sabiéndote siempre el vencedor ante los desafíos que te imponga.

El tango es música, melodía, pero más que eso es composición, es poesía. Como explicar versos como: "María, la más mía, la lejana, si volviera una mañana por las calles del adiós", o "tus ojos son oscuros como el olvido, tus labios apretados como el rencor, tus manos dos palomas que sienten frío, tus venas tienen sangre de bandoneón". Es demasiado, es mucho sentimiento. Claro, sólo entendible, para los que tienen ese duende en el corazón que hace comprender las cosas bellas sin preguntar demasiado.

Pero el tango es también interpretación, desde Gardel hasta la Gata Varela, pasando por Edmundo Rivero, Susana Rinaldi, Hugo Sosa, Cacho Castaña o el Polaco Goyeneche, mi viejo preferido, inigualable, ronco, directo. El gran "garganta con arena".

Si uno se pone a analizar las letras de diferentes tangos, encontrará que más de uno es una lección de vida, un rosario de consejos y experiencias. El tango no es tan simple como el valse peruano, con excepciones claro, ni tan chillón como la ranchera mexicana, en la que casi siempre se llora a gritos, así seas macho de bota, bigote y pistola. El tango, creo yo, tiene mucha más poesía que mi amado bolero. El tango es más elegante, aun siendo arrabalero. El tango es más sobrio, a pesar de haber nacido entre bataclanas y compadritos. Es el muchacho que salió del barrio y conquistó la gran ciudad, pero que nunca olvidó el cafetín de la esquina. Es el amante que le hizo el amor a las damas de la alta sociedad pero siempre guardó lo mejor de su corazón para su noviecita vestida de percal. El tango es "la verguenza de haber sido y el dolor de ya no ser".

Si alguién me pregunta por qué el tango, pues sólo atinaré a responder: Porque el tango es macho, porque el tango es fuerte, tiene olor a vida, tiene gusto a muerte. Y no se diga más.

miércoles, 5 de noviembre de 2008

PRIMER CONSEJO PARA OBAMA


Para Obama a la distancia

le mando esta copla mia

porque me da alegría

que un moreno de repente

se convierta en presidente

y amo y señor de la Cía


Tu raza negra que tiene

mucho del Africa ardiente

no puede ser indolente

ante el dolor que han causado

tus mal llamados soldados

en naciones diferentes.


Por eso querido Obama

hombre y afroamericano

como medida primera

retira de las fronteras

a tus malos invasores

cambia fusiles por flores

cambia la muerte por vida

no te manches tambien tu

con toda esa sangre ajena

pues la sangre de las manos

no sale ni con lejía.

miércoles, 29 de octubre de 2008

UNA PEQUEÑA ANECDOTA DE MAMA LULA


Mamá Lula se fue una mañana soleada de mayo hace más de dos años. Su cuerpo, presa del cáncer, prefirió descansar a pesar que su joven corazón no quería rendirse. Era una mujer buena, que tenía soluciones para todo, con una fortaleza como no vi ninguna en este mundo. No creo que la muerte sea el final de nada. Sigue estando presente en cada parte de la casa paterna como ayer. Creo que lo mismo le pasa a mi viejo, quien la siente llegar algunas noches por el corredor que da a la bilbioteca y al patio.
Lo mio no es soledad, no es tristeza, es simplemente ausencia, su ausencia física. Pero aun siento su abrazo, su aroma, su tranquilidad ante los problemas más grandes. Ese temple tan tacneño, tan de ella.
Recuerdo alguna vez cuando una de sus amigas vino enojada a darle las quejas, porque yo estaba enamorando a su hija. Ella, y esto lo escuché escondido en la escalera, con esa tranquilidad tan suya solo le respondió: Perdóname, pero yo dejo suelto a mi gallo, así que amarren a sus gallinas. Esas anécdotas de las que tengo muchas, pintan de cuerpo entero su simpleza con la vida. Su fiereza al defender a sus cachorros como una leona de pies chiquititos.
Por suerte estás, claro que estás, mamá Lula.

martes, 28 de octubre de 2008

"LOS FINOS", MI GALLADA




Tengo el grandísimo gusto de pertenecer a una gallada muy especial desde hace más de 8 años. Debo confesar que llegué a ella con mucho temor, pues sabía que estaba conformada por gente algo mayorcita y muy sincera, de esos que te dicen las cosas en la cara amparados bajo el manto de la amistad. Llegué, mejor dicho me invitaron, a raíz de un triste suceso, la partida de un gran amigo y compañero de promoción. Hecho que me inspiró a escribir un poema que luego, no sé como, llegó a manos de su padre, quién sin pensarlo dos veces me llamó para invitarme a su finca. Así fue como comenzó todo una lejana mañana de otoño del año 2000, cuando llegué con mi padre a esas generosas tierras llenas de tanto cariño.
Aunque han pasado ya varios años desde aquel día, todavía me emociono cuando recibo el mail de invitación los viernes, generalmente con estas palabras: "Hay huateque en el bohío". Y no se diga más.
La gallada se reúne algunos sábados cada cierto tiempo en la chacra de Rubén “Chiqui” Chiarella, amigo sincero con pinta de Don Quijote, por quien no encuentro palabras para expresar mi cariño y agradecimiento, además está de más escribirlas. Chiqui no necesita de esas cosas y no le gustan. El sabe lo que cosecha con su humildad y su cariño.
Otro referente de mi gallada es Juani Flores Salleres. Quien fuera patrón y dueño de una lancha y que ahora es patrón de la amistad. Sus grandes manos no alcanzan para contener su franqueza y su corazón forjado entre las olas bravías. Sus consejos, aunque no lo sepa, me han ayudado a enfrentar la vida, esta vida media jodida que me ha tocado.
Está también Don Oscar Castañon Rejas, un gran amigo cuya vocación por la cocina, lo ha llevado a convertirse en el director de orquesta muchas veces a la hora de preparar el potaje de turno.
Los Mellizos Hidalgo Viacava, Jorge y Roberto, grandes personas que nunca vieron en mí a un chiquillo, sino a un amigo con quien conversar y cantar tangos y boleros.
Los hermanos Carlos y Miguel Flores, enormes, con un corazón buenísimo que escapa de sus anchos pechos tacneños.
Don Luis Arratia, más conocido como “El Chusco”, quien fuera un excelente boxeador y que hoy es un buen cantor de tangos. Lo bueno de Don Lucho es que con él no hay pierde, pues si no se acuerda el tango se lo inventa.
Don Carlitos Pittaluga, gallero empedernido, con quien comparto mi devoción por la Virgen de los Gitanos, le bella Macarena. Don Carlos es de esos amigos para los que la diferencia de edad no tiene cabida en el cariño. Así me lo demuestra.
Está también siempre presente Don Juan "Cholo" Eyzaguirre, tacneño hasta la médula y excelente persona.
Alternan de cuando en vez, otros buenos tacneños como Mario Viacava, César Chiarella, Omar Espinoza, Hernán Salinas, Tito Rodríguez, Elfri Jaralmonte, Abraham Jáuregui, Galo Flores Salleres, Oscar y Roberto “Chale” Hidalgo, Luis “La Mulita” Viacava, entre otros que la memoria me oculta.
También tenemos visitas ilustres, ilustrísimas, cada cierto tiempo, como Hernáncito Albarracín, el Dr. Héctor Lázaro, Alvaro Gonzáles, el Dr. Gustavo Liendo, Carlos Pinto, Nolberto Lanchipa con su hijo Tito.
En el recuerdo están siempre presentes el Padre Jesuita Brendan, don Alfonso "Oso" Vargas, don Luis "La Mula" Viacava. Su presencia es inevitable en esas tardes preciosas en medio de las parras.
He querido dejar constancia de mi cariño por mi gallada, en donde no se admiten sombras ni pendencias, si palabras subidas de tono, por algo nos llaman “Los Finos”. En esas reuniones llenas de sabor tacneño al pie del Arunta, las palabras cambian de significado, “huevón” puede significar “te quiero mucho”.
Gracias a Chiqui por el regalo de su amistad y la de sus amigos. Gracias a Gino, su hijo y mi amigo, que sin saberlo me dejó una herencia tan clara, tan buena, tan simple como su noble corazón que sigue, que vuelve, que existe, que ríe transparente cada tarde.

viernes, 24 de octubre de 2008

A CATALINA CON ARDOR (PRIMERA ADVERTENCIA)


Mira Catalina, esta bien que mi papá te quiera mucho y te dedique crónicas dominicales contándote la historia de nuestra querida Tacna y la de sus personajes. Está bien que día a día te hagas más conocida y que mucha gente pregunte por tí en plazas y alamedas. Está bien que seas una cachorra agraciada y tengas una cara dulce a pesar de tu condición canina. Está bien que goces de la amistad de animalejos dentro y fuera del Perú, como la ardilla negra esa que llega a visitar todas las primaveras en Canadá a una perra que pertenece a una amiga de mi papá de cuyo nombre no me acuerdo. Está bien que seas la engreída últimamente de la avenida Dos de Mayo. Esta bien que comas sólo esas galletas horrorosas con olor a pescado que cuestan un ojo de la cara. Está bien que saltes como un delfín y hayas aprendido a sentarte y a comer cuando se te dice y hacer tus cochinadas solo en el patio. Está bien que te llamen hija y te colmen de besos y caricias. Está bien que tengas el cabello claro y seas la única en la familia que tiene pedigree de alguna clase. Está bien todo eso Catalina, tuviste suerte, te lo ganaste. Pero lo que no está bien perra hija de perra, es que cada vez que llego a visitar al padre que me dio la vida, me saltes como una energúmena manchándome la camisa, el pantalón y la casaca. No está bien que me babees toda la cara y las manos con tu lengua de culebra. No está bien que con tu mordidas juguetonas casi me desgarres más de una vez las partes nobles. No está bien que me llenes de tus pelos dejándome como oso de comparsa. Así que piensa Catalina y trata de moderarte si quieres que mi buen padre siga titulando sus crónicas todos los domingos "A Catalina con amor" y no "A Catalina en el recuerdo". Te lo pido como amigos, porque la próxima vez te meteré un tabazo en la verijas que te hará despertar del cuento de hadas del que eres princesa pinche perra cabrona.
Atte.

Tu indignado hermano.

jueves, 23 de octubre de 2008

LANATA VERSUS LUIS BARRIONUEVO: CÓMO PENSÁS VOS QUE TE VE LA GENTE CUANDO ANDAS POR LA CALLE

Fenomenal extracto de una entrevista del gran periodista argentino Jorge Lanata al político y líder sindical Luis Barrionuevo, muy identificado con varios actos de corrupción en Argentina. Barrionuevo es un tipejo que siempre supo estar al lado del poder en el tiempo de Menen y Duhalde y que además tiene frases gloriosas que han pasado a la historia política Argentina como : "en este país trabajando no se gana plata" y "para que Argentina se desarrolle debemos dejar de robar dos años por lo menos".
Me gusta el tono sarcástico y despreciativo de Lanata, es así como se debería tratar a los políticos que son probadamente ladrones. Lamentablemente en nuestro Perú hasta los periodistas que se las dan de más inquisidores siempre tienen algo de mermeleros, bueno con honradas excepciones.
Pongo este video porque tengo algo personal con Barrionuevo, porque fue él quien llevó a la ruina a mi querido Chacarita Juniors cuando lo presidió, club del que tengo el honor de ser hincha y además poseer la camiseta original regaldo de mi querido amigo el doctor Héctor Lázaro, así sea el único en esta hermosa tierra del sol. Disfrútenlo.



DON HUEVAS YA NO COME ASADO


No hay nada mejor para terminar una semana cargada de preocupaciones que hacer un asadito con los amigos. De eso pueden dar fe mi grandes amigos que no son muchos pero son. Sobre todo cuando generalmente es Don Huevas, osea yo, quien, previa cuota puesta por todos, debe ir a comprar la carne al mercado, comprar el carbón, limpiar el patio donde se va a realizar la reunión, esperar que todos lleguen a la hora, convocar a los tardones, limpiar la parrilla donde se va a cocinar el asado, poner el carbón en una ruma prefecta para lograr el efecto volcancito, prender el carbón, vigilar que encienda compactamente, poner la parrilla encima y terminar de limpiarla y engrasarla, poner las carnes, vigilar su cocción, terminar de hacer la ensalada, servir los choripanes, voltear la carne para que no se seque, controlar el grado de sal, servir la carne, ir vigilando el resto de carne mientras todos comen, recoger los platos, limpiar un poco la mesa, servir el vino, mandar a comprar más vino, hablar toda la tarde o noche de pelotudeces, despedir a los borrachos, despertarse temprano para limpiar el patio donde se hizo el asado, lavar los platos del día anterior, llamar para ver como amanecieron los borrachos y tratar de descansar la resaca de todo lo vivido, para luego empezar otra semana llena de preocupaciones. No hay nada mejor que comer un asado, pero en restaurante. Por lo menos ahi, pagamos mucho más, pero no somos tan Don Huevas como siempre.

EL PROBLEMA DE ANDAR CON LAS OREJAS ABIERTAS


Hoy todos son expertos en política y economía local e internacional. Es divertido ver como el vendedor ambulante, el cambista, el que vende llamadas por celular, el tramitador, el chofer de combi y hasta el vendedor de diarios resuelven los problemas internacionales más enmarañados, sin necesidad de ser eruditos en ninguna materia. Todos opinan y postulan métodos capaces de solucionar la caída económica norteamericana, el conflicto árabe-israelí o los enfrentamientos internos de Bolivia. La democracia y la libertad de expresión le permite a uno decir lo que piensa. Pero habrá algún sistema político que proteja los oídos del ciudadano ante las barbaridades que día a día debe escuchar. Habrá alguna ley que salvaguarde la integridad mental de los que no quieren volverse locos ante las atroces opiniones de estos eruditos de esquina. No la hay. Y cómo podría existir si los grandes líderes políticos que dirigen el país, en su gran mayoría, no tienen más capacidad analítica que un niño de 5 años.Dios nos salve, pero mientras se entera, cuidado de andar con las orejas abiertas, las barbaridades vienen de cualquier lado como cagadas de pájaro.

MALDITAS CANAS



No es que yo me parezca a mi viejo cada día más, sino que mi viejo se está pareciendo a mi. Hace algunos meses las incipientes canas que aparecían en mi cabellera eran arrancadas por un pinza bendita que mi buena mujer, diligente ella, maniobraba con destreza profesional.
Sin embargo, hoy, ya ni mi buena mujer se atreve a arracarme esos atroces cabellos blancos por miedo a que me quede más calvo que Rómulo "ratón" Alegría. Ya no son unas cuántas estas albinas visitantes, ahora se cuentan por cientos y van repoduciendose sin saber el daño moral y espiritual que me ocasionan. Y es que una cosa es que Richard Gere o George Clooney tengan canas y las luzcan orondamente, y otra cosa es que éste servidor las tenga. A mí las canas no me hacen ninguna gracia y menos a los 28 años. Opciones tengo dos, dejámerlas e ir viendo pasar la vida si remedio, acostumbrándome a la maldición hereditaria, con lo cual sería un joven resignado de cabello blanco; o pintarme el cabello con lo cual, para mis amigos, me convertiría en una tía vanidosa o en el mariquita de turno. Bueno veremos que decidimos. Herencia esta la mía tan cruel, que viene a convertirme en un Papa Noel joven, ya que ni las barbas me respetan estas cabronas. Al mal tiempo buena cara, o buena cana.

LA TORTURA DEL BUS NUESTRO DE CADA DIA



Viajar en bus de servicio público todos los días es una tortura solo comparable con el empalamiento de Caupolicán.
Quién no ha tenido alguna vez que subir a un bus repleto de gente, viajando más apretado que calzón de vedette. Quién no ha sido punteado involuntariamente por decenas de pasajeros que, como a uno, no les queda otra que pegar los cuerpos, obligados por la orden brutal de un cobrador con cara de requisitoriado que con aliento a fábrica de harina de pescado grita desaforadamente "al fondo hay sitio" o "péguese pe' varón", todo esto en ritmo de cumbia por suepuesto. Quién no ha viajado ahogado entre las tetas paquidermas de alguna señora entrada en años y generosa de carnes. Quién no se ha sentido en una cámara de gas, cuando justo por encima de las narices te pasan un sobaco bravísimo, de esos que tiran por los suelos las bondades más sofisticadas de los desodorantes que la publicidad nos vende. Quién no ha sentido un dolor desgarrador, cuando alguien te pisa el dedo meñique del pie derecho, y uno como es un pelotudo exclama "no te precoupes, sigue nomás", en vez de reventarlo por desubicado.
Pero todo tiene sus venganzas y sus recompensas, o díganme acaso si no les ha pasado cuando justo delante tuyo se te para una de esas niñas con cara de malcriada, de esas cachetonas y no de cara.
Este el suplicio que vivimos día a día los que no tenemos otro medio de transporte a la mano. Por eso hay que ir ahorrando para comprarse un autito, una motito, una bicicletita o cualquier otra huevadita que nos ayude a dejar los buses para siempre. El Perú todo es un bus repleto y nosotros sus pasajeros. Que mala pata.

martes, 20 de mayo de 2008

NUEVA CRONICA: AYER DOMINGO




Ayer domingo me encontraba sentado en una banca del patio de mi casa, aprovechando la tranquilidad de las primeras horas del día, cuando de repente mi hijo Santino, con esa felicidad vencedora de silencios tan suya, entró corriendo con los brazos abiertos, emitiendo palabras que no aun no tengo el gusto de entender en su totalidad gracias a sus recién estrenados dos años.

Mi mente, que a esas alturas del ejercicio de recordar, seguramente estaba junto a mi mamá en alguna celeste hora pasada, volvió a la realidad súbitamente sacudida por este pequeño torbellino lleno de orejas y dientes, lleno de ojos y vida. Al verlo tan feliz me dije: qué suerte, qué suerte por Dios que tenemos el pequeño Santino y yo. Qué suerte el poder tener aun el tiempo para sentarme a recordar un domingo a la mañana mientras él juega tranquilo sin temor a nada, qué suerte que mi mujer siga sonriendo a mi lado a pesar de nuestras pobrezas, mientras amamanta al pequeño Facundo con un amor que todos los millones del mundo no podrían comprar. Qué suerte la de mi hija Fernandita, quien no vive conmigo pero tiene una madre fuera de serie y unos abuelos que la adoran y la tratan como una reina. Qué suerte la de mi padre que tuvo a su lado por 30 años a una mujer maravillosa a quien tuve el honor de llamar mamá.

La imagen de Santino corriendo con los brazos abiertos y sonriendo, tan común en los niños de su edad, me transportó sin quererlo, por esos caminos intermitentes de la memoria a otra imagen lejana y dolorosa. Y me dije: qué suerte, nuevamente, porque hubo algún lugar hace algunas décadas atrás, una niña vietnamita llamada Kim Phuc, que como mi hijo corría también con los brazos abiertos, pero con un rostro lleno de miedo y de dolor.

Esa niña, delgadita, de ojitos rasgados, no estaba jugando, no corría a despertar a nadie del letargo de los recuerdos. Esa pequeña criatura estaba escapando con el cuerpo quemado por el napalm inventado en la prestigiosa universidad de Harvard para que los “defensores de la libertad” conquisten el mundo. Y comprendí entonces que esa foto tomada el 8 de junio de 1972 cerca de Saigón en Vietnam, pudo y puede tener como modelo ya no a la pequeña Kim, sino quizás al pequeño Juan Pérez, al pequeño Gregorio Mamani o al pequeño Santino Gambetta. Comprendí al fin que no importa el cambio de víctima, si el victimario es el mismo conocido de siempre.

Cómo explicarle mañana al pequeño Santino que mientras él pateaba la pelota y lloraba, de cuando en cuando, al caerse o golpearse, había niños que en un país llamado Irak, lloraban también, pero porque las bombas gringas les arrancaban las piernas y los brazos, despedazándolos como muñequitos de trapo, haciéndoles entender en una terrible lección de pólvora y fogonazos el mortal significado de la palabra guerra.

Cómo puedo contarle algún día que a la misma hora que yo lo cubría con frazadas para que no despierte resfriado, cientos de niños iraquíes eran cubiertos con tierra simplemente para no despertar más. Muertos para siempre, sin oportunidad de nada, sin saber nada, con la sonrisa destruida por muchachos uniformados que en su país no podían tomar una cerveza pero que en otros países podían matar a quienes quisieran, en nombre de la libertad del empresario petrolero, de la bolsa de Nueva York, de los bienes de un alcohólico presidente y de su padre, protegidos por grandes organizaciones que dicen defender a los más pobres y por algunas iglesias que en nombre de Dios hacen cerrar los ojos al mundo, no se sabe si para rezar o para que los poderosos puedan seguir matando y robando sin ser vistos. Por suerte hay excepciones, como en todo.

Pero este escrito no pretende hacer recordar lo que ya todos saben y que la mayoría calla y acepta. Las mías pueden ser palabras al viento, pensamientos torpes de un joven padre de familia descubriendo día a día, las maravillas de la vida. Pero al fin y a cabo, son palabras, y es mejor dar manotazos de ahogado que ahogarse si luchar.

Tanta muerte me pregunto y yo hilvanado recuerdos un domingo a la mañana, mientras mi hijo Santino juega con un chanchito de tierra y mi mujer sigue amamantando al recién nacido Facundo, con una ternura que podría detener las balas. Dios debió estar con nosotros este domingo.

Ayer fue uno de esos días para agradecer y darse cuenta que suerte tiene uno. Ayer fue un día para dedicarle al pequeño Santino aquellos versos de Hernández: “es tu risa la espada más victoriosa, vencedor de las flores y las alondras, rival del sol, porvenir de mis huesos y de mi amor”.


Ya vendrán tiempos mejores me dice mi buena mujer, y yo le creo.



Tacna, 05 de mayo del 2008