martes, 9 de junio de 2009

Mi opinión sobre los sucesos de Bagua en respuesta a un gran amigo


Querido Amigo: Me da pena por el Perú lo ocurrido. Me da pena por dos razones. La primera es porque estamos siendo testigos de que cualquiera y a la hora que sea pone en jaque a un gobierno incompetente en mantener vigente el orden interno. Me da pena porque en este país todo el mundo quiere hacer lo que quiere. Me da pena porque las razas más antiguas del Perú y de la América, no han aprendido nada en siglos de existencia. Siguen siendo los mismos ingenuos que fácilmente son movilizados y usados por los vivos de siempre.

No se puede negar que en todo este asunto están metidos Chávez y compañía, Humala y compañía, y los más peligrosos rojos de siempre, los marxistas reciclados que hoy ganan dinero con las famosas ONGS ambientalistas. Los rojos se volvieron verdes.

En el Perú es muy fácil tratar de desestabilizar y promover revoluciones de baja estofa como ésta. La segunda razón es que el Gobierno en su carrera de promover inversiones extranjeras en el territorio nacional se olvida que para tomar las tierras que por milenios han pertenecido a los indígenas, por lo menos se les debe consultar. Aquí no se consultó a nadie y ahí esta el error. Se dió al caballazo (muy normal en García) un decreto supremo que ya de por sí es inconstitucional.

Se tuvo dos meses para dialogar y no se hizo (mucha culpa de Pizango y compañía). Aveces hay que ceder para avanzar. Pero tampoco podemos negar que este dirigente Pizango está siendo manipulado y que la consigna no era llegar a un acuerdo. la consigna, su consigna y la de sus auspiciadores, siempre fue la de patear el tablero, la de crear el caos. La de crear la muerte. Hoy Pizango esta escondido, se dice que en Bolivia, ¿que raro no?, justo en Bolivia. Seguramente gozará de un "asilo político" en Venezuela y no será entregado al Perú así el Gobierno requiera constitucionalmente su repatriación. Creo yo, sin mucha experiencia, que esto no es más que la respuesta de Chávez a la negativa del Perú de entregar al venezolano Manuel Rosales, principal opositor al gobierno venezolano. Hay muchas cosas que analizar y pensar friamente.

El Perú tiene dos polvorines que en cualquier momento estallan definitivamente:el oriente y el sur. Es un país estratégico para los objetivos de esta nueva "izquierda" internacional. Es lo que les falta para unir el engranaje. Pero, ¿queremos eso para el Perú?. Queremos sangre para el Perú como ocurre en Bolivia. Queremos dictadura para el Perú como ocurre en Venezuela. O queremos un país donde las ideas sean debatidas con ideas y no con balas o flechazos.

Yo estoy de acuerdo en la reinvidicación del indio, del originario, del nativo. Pero que venga bien, que esa reinvidicación venga con ideas, con proyectos, sin los mismos rojos de siempre que están con el mejor postor, siempre acomodados con los gobiernos. Los mismos que destruyen por destruir y hacen de la desunión su campo de batalla, regocijandose siempre del dolor ajeno. Si quieren cambiar el Perú a sus ideas, entonces que lo hagan con nuevos mensajes, con proyectos de vida no de muerte. Y si, aún más, si creen que la única vía son las armas, entonces que hagan lo que profesan, que renuncien a sus ONGS muy bien pagadas, y agarren su fusil y rieguen con su sangre las montañas en busca de su sueño. Que no vengan aquí a utilizar a los ignorantes como carne de cañon mientras ellos siguen ganado en dólares dirigiendo todo desde una cómoda oficina miraflorina. Ese es mi punto de vista querido amigo. Soy un hombre de izquierda. Pero no admito esta pantomima de revolución y no admito tampoco que vengan los Chávez, ni los Humalas a decirme como debo mi vida y como debo mantener por buen camino la vida de mis hijos. Todos queremos una revolución, pero de las verdaderas, en las que se vive o se muere. No queremos revoluciones de unos cuantos promovidas por ansias alocadas de poder y dinero. Ten la certeza que si gana Humala, los indios, sus amados indios, van a quedar igual o peor a como están hoy día. Esta es un historia repetida. Sólo recuerda que mientras algunos rien y gozan con estas barbaridades, escondidos en sus madrigueras, más de 60 familias peruanas, las de los nativos y los policías, aun no acaban de enterrar a su muertos. El Perú es uno solo. Los originarios aunque no lo creamos, hace tiempo vienen siendo reinvidicados. Pero no necesitan a nadie para hacerlo. No necesitan de los extremistas para hacerlos. Fíjate en nuestra querida Tacna. Quiénes son los poderosos magnates, los que manejan la economía, los que ganan más: ellos, lo aymaras. Es admirable, con su esfuerzo, llegan a donde están. No necesitan ser usados. Un abrazo mi querido amigo, espero verte pronto, mejor con unos vinos.